miércoles, 18 de abril de 2007

La "rechifla" del Sr. Valcarce

Cuenta un tal Valcarce en el blog de Don César Calderón que halla mi bitácora grotesca y excesiva. Acto seguido, y con la autosuficiencia característica de quien se cree en posesión exclusiva de la verdad, se descuelga en una misma frase con dos epítetos tan ofensivos como "derechista" e "imbécil", refiriéndose, claro está, a mi persona, que jamás le ha hecho nada. Sé que en el segundo caso el comentario era excluyente, pero también hay que ver cómo funciona la psicología de un individuo normal para advertir que su elección del término no ha sido afortunada.

La mente humana es incapaz de representarse la palabra "no". Piensa en imágenes; en primer lugar lo que ve es la figura de Don Federriko, con la escopeta de caza a lo Carlos Tercero y el catalejo de campaña; después se imagina a un imbécil, y finalmente tiene que incorporar a la frase la palabra "no". Ni que decir tiene que muchos, por la indolencia natural del ser humano, se saltan este último paso, con lo cual el significado final de la imagen pasa a ser el que ustedes imaginan.

Laméntase asimismo el susodicho Sr. Valcarce, y esta vez en su micropeneana bitácora denominada "
Democracia y Socialismo" (me pregunto cómo es que no encuentra grotesca esta asociación conceptual, y en cambio mi blog sí) de que hay ironías y chanzas que se malentienden torticeramente -en relación con cierto micropene colorado al que se le ha ocurrido la brillante idea de bautizar su página web con el provocador título "A sueldo de Moscú"-. Aplíquese él mismo el cuento y haga un esfuerzo por entender las de los demás antes de prodigar epítetos tan vergonzantes como los que usa en sus necios y mal razonados comentarios.

Que ha habido rechifla no cabe duda. Por parte de quién, tampoco. Y este es a mi juicio el gran problema del país: que de las cosas importantes, como los valores, el honor, el sentimiento patriótico y la conciencia de ser español -una de las pocas cosas serias a la que se puede aspirar en esta vida- se hace burla con una irresponsabilidad que a veces linda con lo criminal, mientras se tiene a gala perder el tiempo con trivialidades como el recuento de manifestantes en Madrid o el pasado policial del micropene asesino Iñaki de Juana Chaos.

Haga el Sr. Valcarce todas las chanzas que quiera. No conseguirá que yo pierda los papeles. A todos sus comentarios chuscos y sus toscas y mal calculadas "ironías" yo opondré la fuerza de mis argumentos, mi discreción y mi buena crianza de caballero español.

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